El jabalí es un mamífero de tamaño mediano provisto de una cabeza grande y alargada, en la que destacan unos ojos muy pequeños. El cuello es grueso y las patas son cortas.
El jabalí compensa su mala vista con un importante desarrollo del olfato, que le permite detectar alimento, como trufas, bellotas, hongos y animales bajo tierra.[4] El oído está también muy desarrollado y puede captar sonidos imperceptibles para el ser humano.
El jabalí es un mamífero de tamaño mediano provisto de una cabeza grande y alargada, en la que destacan unos ojos muy pequeños. El cuello es grueso y las patas son cortas.
El jabalí compensa su mala vista con un importante desarrollo del olfato, que le permite detectar alimento, como trufas, bellotas, hongos y animales bajo tierra.[4] El oído está también muy desarrollado y puede captar sonidos imperceptibles para el ser humano.